La edad de la inocencia

Pellinni

Leo a una candidata a primarias de Izquierda Unida de Cantabria hablar de lo necesario que es que su formación entre en el Parlamento porque "allí hay gente que está un poco alejada de la realidad". Una expresión que me recuerda TANTO a Podemos y Ciudadanos cuando no estaban en el Parlamento, que casi casi me atrevo a aventurar que si IU acaba entrando al Antiguo Hospital de San Rafael seré testigo de un nuevo baño de realidad.

Esta legislatura está siendo compleja, muy compleja, y una auténtica caja de sorpresas. Si analizamos cómo estaban 'los bolos pinados' en 2015 y los que quedan ahora en pie, realmente podríamos decir que estamos ante un parlamento irreconocible. Quitando el PRC, que acaba de anunciar que en 2019 volverá el Día de la Marmota y Revilla se encaminará hacia su 80 cumpleaños calentando asiento en la Cámara, el resto de partidos ha pasado por todo tipo de vicisitudes.

Parlamento de Cantabria

Pero fijémonos un poco en 'la nueva política', que en teoría y sólo en teoría representan Podemos y Ciudadanos. Los primeros entraron con 3 diputados y los segundos con 2, y vaya por delante que a mí me ha parecido un soplo de aire fresco tener nuevas voces en la tribuna, nuevos puntos de vista... aunque al final también los clichés de siempre porque la realidad siempre supera a la ficción.

A día de hoy Podemos está fracturado en, al menos, tres facciones, una por cada diputado. A saber, la portavoz acosada por el ex-secretario general y también diputado, y ambos enfrentados con el tercer diputado en discordia. Esto es una simplificación de la situación real, pero no está en mi ánimo ir más allá, aunque sí evidenciar que si la nueva política era esto más valía 'lo malo conocido'.

Pero en Ciudadanos la cosa no está mucho mejor. Eran dos y ahora son, uno por un lado y otro tránsfuga de libro. Aquí la nueva política lo que nos ha servido en bandeja ha sido la incapacidad del sistema para deshacerse de quienes se aprovechan de su acta de diputado para pegarse la gran vida aunque ya no representen los colores por los que acudieron a las urnas. Y tampoco iré más allá en este caso.

Parlamento de Cantabria

¿Le ha ido mejor a la 'vieja política'? Pues no mucho mejor, seamos realistas, pero volviendo al objeto de este post, creo que el mensaje de que lo nuevo va a mejorar algo en el Parlamento de Cantabria por el simple hecho de ser nuevo va a ser que no. Si se diera el caso de que Izquierda Unida entrara en el Parlamento de Cantabria (la última vez fue hace 20 años) los cambios que pueda introducir en las dinámicas parlamentarias se deben sustentar en ideas y proyectos. 

Si consiguen entrar cobrarán lo que estipula el Parlamento, contratarán asesores, tendrán plaza de aparcamiento... todas aquellas cosas que les pueden parecer ahora 'privilegios alejados de la realidad', pero que son LA NORMALIDAD. Una normalidad que la 'nueva política' ha asumido sin mayores miramientos, porque aunque se hable poco de ello, el de Cantabria es uno de los parlamentos más austeros de España. 

Los líos internos de los partidos poco tienen que ver con el mejor o peor funcionamiento del Parlamento... pero eso ya es otra historia.

Tacita a tacita

Lia Leslie

Hoy me voy a salir un poco del microcosmos de la comunicación política para adentrarme en otro hábitat de mayor amplitud. En este caso hablo de la comunicación que hacen los medios de sus contenidos en las redes sociales. Es decir, además de emitir en sus canales convencionales, de un tiempo a esta parte los medios de comunicación están redoblando esfuerzos en subir sus contenidos a las redes sociales para que sean vistos, compartidos y en definitiva supongan un plus de visitas a sus webs corporativas.

Esto dicho así es lógico y loable. Lógico porque ¿quién no va a querer tener más visibilidad de sus contenidos? Y loable porque eso supone un plus de esfuerzo, no siempre (o casi nunca)remunerado, para las exhaustas redacciones especialmente en 'provincias'. Sin embargo vengo observando en mi entorno más cercano un error que se repite una y otra vez, la afición a publicar 'tochos' sin mayor atractivo y que lógicamente carecen de interacción alguna con los potenciales 'clientes'.

kaffii28

Acabo de leer un interesante hilo en Twitter sobre el consumo de información, nuestra escasa capacidad de concentración, o la lectura superficial que hacemos de las innumerables noticias que nos encontramos cada día allá donde naveguemos. "El análisis de la actualidad dura lo que un Trending Topic", afirma Javier Salas, y estoy bastante de acuerdo.

¿Entonces? ¿Espera alguien realmente que un tuitero despistado abra un enlace en el que metemos el título de un espacio y su fecha de emisión? Yo creo sinceramente que más bien, no. Vivimos en la era del 'clickbait' (¿ciberanzuelo?) aunque con esto no estoy sugiriendo que titulemos uno de esos enlaces con 'culos' 'tetas' o 'sexo'... Bueno, quizás la primera vez funcione pero no es menos cierto que 'nos cogerán la matrícula' y si lo volvemos a hacer tengamos alguna crisis con una horda de tuiteros indignados. "Que hablen de ti, aunque sea mal", creo que tampoco hay que llegar a eso.

Prawny

El consumidor, que es lo que somos todos, ni ciudadanos, ni oyentes, ni internautas (qué viejuno suena eso), somos consumidores que además consumimos de manera compulsiva ya sea información, ocio, apuestas online, porno... Cada persona es un mundo y hoy en día todo está a nuestro alcance con un par de 'clicks'. Precisamente eso es otro de los hándicaps, nuestro contenido local compite en un inmenso océano global en el que tenemos acceso a prácticamente todo lo que se nos ocurra, casi siempre gratis y de forma ilimitada.

¿Qué hacer? 'Vender' de forma más atractiva lo que queremos que 'nos compren'. Y lo atractivo en redes tiene dos características principales, una presentación bonita y un consumo rápido, es decir, un titular breve e impactante que contenga no más de un minuto de aquello que queremos contar. Vendamos una noticia (a poder ser propia) y no un informativo entero (por poner un ejemplo). Si tenemos una entrevista jugosa no nos limitemos a poner a quién entrevistamos y la fecha de emisión, saquemos los titulares de la entrevista (¡¡¡alguno habrá!!!), generemos expectativa, programemos tweets a diversas horas con distintos titulares...

¿Es esto la fórmula del éxito? Ojalá fuera tan fácil, pero es un comienzo.

Trampantojos

'Trampa con que se engaña a una persona haciéndole ver lo que no es', reza el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Y algo de eso hay en el último episodio del largo serial que está escribiendo el PSOE en estos meses con la utilización de símbolos institucionales de manera partidista.

"Arde Twitter" como se suele decir en estos casos con esta imagen, que ilustra el acuerdo al que han llegado los líderes de los dos principales partidos de izquierdas de este país. La izquierda y la extrema izquierda, que diría la ministra de Justicia, porque de Bildu, que debe ser algo así como la extrema extrema izquierda aún no sabemos nada.

Se pone al mismo nivel al Poder Ejecutivo, el Gobierno de España, con el legislativo (y no todo), el grupo parlamentario Unidos Podemos. Este tipo de zanganadas comunicativas se están volviendo una constante desde que Sánchez en Madrid llegó a la Moncloa, y el secretario del PSOE cántabro, 'tomó' la Delegación de Gobierno. Bien es cierto que Sánchez está siendo infinitamente más osado, y sus desmanes en materia de comunicación institucional son prácticamente diarios.

Ayer, sin ir más lejos, "ardía Twitter" con la utilización del perfil en esa red del Ministerio de Justicia por parte de su titular, tuiteando con todo lujo de detalles su comparecencia en el Congreso, aderezado todo ello con consignas salidas desde la misma sede de Ferraz. Un perfil que está destinado a informar al ciudadano sobre cuestiones de intendencia de ese Ministerio, se convierte en altavoz de las afirmaciones de la ministra, que como mínimo eran un cúmulo de medias verdades. Y sí, mi opinión es subjetiva, tanto como sus afirmaciones en el Congreso, y por eso sobran dentro de un perfil institucional.

¿El ciudadano de a pie se entera de estas cosas? Poco o nada, porque estamos hablando de cuestiones que pertenecen a un ámbito profesional y político, de quienes gestionan esos perfiles y de quienes orientan la línea editorial de los mismos. En el caso del encabezamiento del acuerdo entre dos grupos parlamentarios en el que se mete por medio la imagen corporativa del Gobierno de España no alcanzo a entender qué es exactamente lo que se pretende. Las críticas están siendo generalizadas porque no hay justificación posible, ni tampoco el hecho de que esa firma se haga en Moncloa. El lugar adecuado hubiera sido el Congreso de los Diputados, porque es ahí donde se van a debatir esos presupuestos, y es ahí donde están los grupos parlamentarios socialista y podemita.

Desconozco si esto ha sido una exigencia de Pablo Iglesias, deseoso de pisar Moncloa (cuando no directamente de asaltarla). Otra cosa es en qué quede ese papel que hoy han firmado. Por ahora ha sido mucho más noticia el encabezamiento que la firma a pie de página. Quizás porque era un papel mojado, visto como están hoy por hoy repartidos los escaños en la Carrera de San Jerónimo.

Desconexión total

J.C. Thompson - Desert

Hace pocas fechas MAS Consulting publicaba un interesante artículo sobre la presencia de los parlamentos autonómicos en redes sociales. Interesante y revelador, ya que una pequeña región del norte de España obviada a veces en los mapas del tiempo y cuyo nombre se sigue aún confundiendo con el de su capital, ostenta el liderazgo en cuanto a 'presencia' en redes sociales.

Sí, Cantabria sigue siendo una referencia a nivel nacional... si nos atenemos a la fría estadística y nos quedamos en la epidermis. Hasta aquí las buenas noticias. Cuando abres esos canales para ver su actividad (cosa que el informe hace con Cantabria y el resto de parlamentos autonómicos) el olor a cerrado, el polvo y las telarañas lo invaden todo. "Aquí hace tiempo que no pasa nadie, Hulio". Ni  pasa nadie, ni hay nadie al timón.

Bob M ~ Old One

En una época en la que ya está más que superado el debate sobre la necesidad de implantar las redes sociales como parte de cualquier estrategia de comunicación, el Parlamento de Cantabria ha decidido dar un paso atrás, y no precisamente para coger impulso. Quienes ahora tienen la responsabilidad de "abrir las puertas y ventanas" para que los ciudadanos entren y conozcan el lugar donde reside su soberanía y se deciden las leyes que les rigen, directamente han optado por la resignación.

Durante los cuatro años que tuve la responsabilidad de gestionar la comunicación de esta institución, la premisa fue siempre la de facilitar las cosas al ciudadano (el que paga todo esto) ya fuera mejorando la web y abriendo canales sociales, como sobre todo 'estando al otro lado'. Porque claro, de nada sirve tender puentes con la sociedad si luego no hay nadie para recibir al ciudadano y escuchar sus demandas.

El Parlamento de Cantabria, que en 2014 consiguió ser el más transparente de España, según el informe elaborado por Transparencia Internacional, estaba también en los puestos destacados en cuanto a apertura de canales sociales e interacción con los ciudadanos. Eso era hasta 2015, año en el que hubo unas elecciones, cambiaron los 'amos del prau' y aquí paz y después gloria.

Ana Paula Hirama - Bundestag, Berlin

Facebook parado desde hace casi dos años, Twitter con las publicaciones programadas que rebota la web sin interacción alguna con el personal, o Instragram, la red de mayor crecimiento hoy en día, parada durante toda la legislatura. Esto por poner los tres ejemplos más sangrantes, al que podemos añadir Flickr, que contiene la galería oficial del Parlamento, parada desde hace un año. Un absoluto despropósito, más aún cuando el mantenimiento de todas ellas es perfectamente asumible en el día a día, ya que la actividad institucional del propio Parlamento no es que sea precisamente 'intensa'. 

Paul Mison - Works

Así, efectivamente querida presidenta, no se ha conseguido atraer a los ciudadanos porque cuando no se hace nada, nada podemos esperar que ocurra. Queda la vaga esperanza de que quien venga la próxima legislatura se lo tome con un poco más de interés, no hace falta volverse demasiado loco, ya que la base está. Sólo es necesario trabajar un poquito y respetar un poco más a la institución que te paga el sueldo. 

Mientras llega ese día continúa la desconexión total.