martes, 17 de julio de 2018

El caos soy yo




Antes de que se supiera que Trump iba a ser presidente de Estados Unidos, en plena campaña electoral, el entonces candidato pronunció aquella mítica frase sobre lo que pensaba de sus votantes 'I could shoot somebody and I wouldn’t lose any voters'. No sé si para entonces él también conocía lo que muchos repiten como loros en Estados Unidos, el supuesto vídeo con prostitutas en un hotel de Moscú con el que Putin, dicen, le chantajea.

Si te van a seguir votando aunque tirotees a la gente por la Quinta Avenida ¿qué mayor problema puede haber en que te graben de fiesta con unas fulanas? Posiblemente una sociedad tan hipócrita como la americana, que sustituye las palabrotas por pitidos y que entra en colapso con una teta de Janet Jackson, realmente pudiera llegar a comprender que un pistolero de pelo platino tuviera la necesidad de vaciar el cargador de su colt 45 en pleno centro de Nueva York. Suena tan John Wayne...

La cuestión es que desde entonces vivimos una presidencia la mar de convulsa, en la que lo único que se mantiene inalterable es el crecimiento de la economía norteamericana. Crecían con Obama y lo siguen haciendo con Trump, con lo que a los no iniciados en materia económica no nos acaba de cuadrar nada de lo que lleva haciendo Trump desde que es presidente, y mucho menos el terremoto geopolítico que ha provocado en la última semana.

La cosa ya viene calentita desde la última reunión del G7 en la que no estuvo Putin a pesar de que, oh sorpresa, Trump dejó claro que debía estar. Un G8-1 en el que tuvimos ración y media de comunicación política de la fetén, esa que llevan a cabo los equipos de los respectivos gobiernos. En una recopilación deliciosa que hizo el periodista Fabian Reinhold pudimos ver cómo cada equipo de comunicación trató de vender la imagen de portada que debía ilustrar la reunión. Los más rápidos, al menos de cara a nosotros, fueron los alemanes, cuya foto de Merkel en el centro de la escena es para mí el fiel reflejo de lo que fue la reunión. Un todos contra Trump, el niño travieso que se cruza de brazos,  se lleva el balón y se niega a seguir jugando. Por cierto, Putin le regaló uno ayer por si acaso.




Con el paso de los minutos nos fueron llegando las visiones de los otros equipos de comunicación. Los franceses, como es lógico, situando a Macron en el centro de la escena, quitando protagonismo a Merkel y a Trump, a los que apenas se aprecia.




El equipo de Trump creo que intentó reflejar que el ambiente no era tan malo como se estaba diciendo en los medios (fake news!!!). Sitúan a Trump en el centro de la escena aunque sacrifican que apenas se le ve con el hecho de que las caras están más sonrientes y relajadas.


Trudeau, no podía faltar en esta carrera por comunicar más y mejor. Preocupación entre los presentes, el niño del balón sin ganas de cambiar su posición, pero llega él, que se va a sentar a su lado. No sabemos si para hacerle entrar en razón o para hacerle compañía.



Días más tarde Trump subía esta foto, junto con otras tres, en la que se le ve cómplice con Merkel (la coge la mano y todo, vaya confianzas) mientras que alrededor las caras, de nuevo, están más relajadas.




La cuestión es que desde entonces hemos tenido una posterior gira de Trump por Europa en la que ha ido pisando todos los callos que ha podido. Críticas al Brexit blando de May, críticas a la política comercial de la UE, y enésima bronca en la OTAN pidiendo que nos gastemos más dinero en Defensa. Bronca hasta que da una rueda de prensa con Theresa May y todo le parece maravilloso y aquí no ha pasado nada.



Los efectos ante esta actitud tan desconcertante no se han hecho esperar, Trump no es un socio fiable para la UE, así que casi al mismo tiempo que ocurría todo esto, más la reunión con Putin para cabrear a todo el mundo menos a Putin, la UE se ha sentado con China (¡¡¡quién lo iba a decir!!!) para defender el libre comercio. 

Otro tanto se ha hecho con Japón, con quien acabamos de sellar la creación de una zona de libre comercio, sin olvidar que además nos mantenemos firmes en el apoyo al acuerdo nuclear con Irán, y que nuestras 
relaciones con Rusia no son tan malas como le gustaría a Estados Unidos, aunque me temo que no tan buenas como las que que tienen Trump y Putin. Ay ese vídeo.

Curiosamente, una de las pocas cosas que ha hecho bien Trump ha pasado totalmente desapercibida. Más aún, ha sido criticada por ser exactamente lo contrario a lo que se ha contado. 

Lo ha explicado Antonio Camuñas en su cuenta de Twitter. Todo lo que nos han vendido como un clamoroso 'no saber estar' de Trump en esa visita de cortesía a la Reina Isabel II, parece que ha sido más bien un error del estricto protocolo de la Casa Real Británica. 

Más concretamente del oficial que debía caminar detrás de ellos y que lo hizo tarde, desconcertando a la Reina, pero no a Trump, que permaneció impasible esperando a que la Soberana Británica empezara caminar junto a él. 




Carne de meme, de titulares negativos, de terremotos financieros, todo eso y cosas mucho peores están ahondando en esa imagen caótica que tenemos de Donald Trump. Su comunicación política cuando le dedica un par de minutos, es como de que aquí no ha pasado nada. Pero sí que está pasando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.